El tren de esta vida es
muy distinto al tren real
en donde por el cristal
viaja el paisaje al revés.
Los pinos y palmas ves
correr a modo contrario,
como si en el ferroviario
camino, de ruta inversa
buscasen la luz adversa
de un andén imaginario.
Francisco Henriquez
Publicado en Carta Lírica
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