Cuando entré
tres ojos me recogieron
dentro de sus esferas,
tres ojos duros enloquecidos
de enfermas dementes:
entonces yo perdí los sentidos
entendí que aquel lago
azul era un pantano
cenagoso de desperdicios triturados
en el que me ahogaría.
Del libro La Tierra Santa de
Alda Merini -Italia-
Publicado en la revista Escritoras Unidas y Cía
No hay comentarios:
Publicar un comentario