viernes, 3 de agosto de 2012

AUTORRETRATO


El cincel del recuerdo me hace daño
al escarbar mi corazón de poeta
y clavar con fuerza de saeta
la humillación… ¡tal vez el desengaño!
Así, con lágrimas mi vida empaño.
La indulgencia es pecado y es goleta;
¡Soy de tantos momentos marioneta
que mi vida parece de ermitaño!
Y cuando en el bosquejo se hace claro
me sorprende otra vez la incertidumbre;
y el orgullo me ciega… ¿soy su reo?
Porque ruedo sin parar como el aro,
me detengo, sin comprender al hombre…
Tan sólo me convence lo que veo.

Ampalib. España
Publicado en la revista Oriflama 17

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