Yo siempre te veré bajo !a fronda,
testigo vegetal del primer beso.
Imagen detenida en tiempo preso
es inmune a la sombra que te ronda.
Yo no te quiero mártir de tan honda
imagen del dolor o grave peso,
culpable soledad. En tu regreso
exijo terco al pasado que responda.
Pido el recuerdo feliz, no la historia
por la común pasión y el lastimero
desamor de final intrascendente.
Necesito una lluvia en la memoria,
aquel beso fugaz en el sendero
y tu dulce temblor adolescente.
Ernesto Carralero Bosch, Puerto Padre, Cuba Del libro: Que traje de la costa y del oleaje
Publicado en la revista Carta Lírica 40
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