Ayer mis cuadernos sólo llevaban impreso tu
nombre,
las
grandes obras literarias me hablaban de ti, la música
me
decía al oído tus palabras, todas las nubes tenían tu rostro.
Ayer
yo anduve miles de lugares en un mismo tiempo,
pero
en todos ellos, estabas tu esperándome con esa
sonrisa
pícara que no se encuentra navegando en internet.
Ayer
no recuerdo nada más que no sea tu indiscreta mirada,
tus
manos perturbadas diseñando carisias en mi espalda, tus labios
nerviosos
buscando en los míos una palabra escondida.
Ayer
fue mi primera vez en mucho tiempo para todo, pero
yo
me creía más loca y tu paseabas desnudo por mis sueños.
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