domingo, 3 de junio de 2012

TALLER LITERARIO

DÉCIMO OCTAVO TRABAJO


CORAZONES DEL HIELO

Su rostro inexpresivo no augura nada bueno,
Su mirada fría, su cuerpo rígido, tenso
Nos hacen presagiar un corazón de hielo.
Responde a nuestras súplicas
pero su voz fuerte y segura,
no da atisbos de compasión.
Habla pero sus palabras
no dicen nada.
Se excusa en el devenir de la vida
y justifica los hechos acaecidos.
No habrá consuelo en sus palabras,
No habrá reparación y disculpa.
Corazones helados inundan nuestra vida.

VIRTUDES ROLDÁN



EL HIELO


Ni el hielo me hubiera dejado
el corazón tan helado como me
lo haz dejado tú.
Enmudeció de dolor, de rabia,
desesperación, impotencia.
“Pero no hay llaga que no cicatrice”.
Poco a poco el hielo se ha ido
diluyendo, volviendo a bombear
de nuevo la sangre, canalizando
las arterias y con ello olvidándote.
Ahora mi corazón se siente
cristalino, rejuvenecido y está
preparado para recibir un
nuevo amor.

CARMEN PÉREZ MARTELL

EL HIELO


Sobre un puente paseando
escuchando un sonido lejano.
El hielo se rompe
bajo él se esconde
el agua cristalina,
fría, helada,
de la nieve caída
de la sierra nevada
el agua sagrada
bajando de una cascada
con un cántico de la mañana.

MALIKA EL BAUZIDI

EL HIELO

Quiso convertirse en agua
un pedazo de hielo del glacial
porque ya estaba cansado
de aguantar tanto frío.

Se hizo agua pero no
vivía mejor.

Anduvo por muchos ríos,
el veneno que había en
ellos no le dejaba
ni tan siquiera respirar,
tuvo que huir apresurado
para alcanzar altamar
y tuvo tan mala suerte
que fue a vivir a un cementerio
nuclear.

Éste se convirtió en vapor
y pensó huir al cielo
y en el cielo debe estar.

“No sé si allí podrá
el hielo convertido en vapor
respirar”.

ANTONIO BASALLOTE

HIELO

Hielo en mi corazón,
hielo,
cuando veo llorar a un niño.

Hielo en mis manos,
hielo,
cuando no ayudo al indigente.

Hielo en mis piernas,
hielo,
cuando rehúyo la pelea.

Hielo en mi cabeza,
hielo,
cuando renuncio a mis creencias.

Hielo en mi boca,
hielo,
cuando ofendo por envidia.

Hielo que agarrota todo mi cuerpo,
hielo,
que me deja inmóvil.

Hielo que ciega mis ojos,
hielo,
que me esconde el color.

JOSÉ LUIS RUBIO

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