A Víctor Jara, una voz que no cesa.
Sé que tus manos
se hicieron pájaros antes de la muerte
No supo el verdugo
lo imposible que fue matarte
los asesinos no saben
que los cantores no necesitan la voz
cuando el pueblo los canta
Dicen que en el estadio de Santiago
por las noches se escucha tu voz
cantando “Te recuerdo Amanda”
y una bandada de aplausos
cruza la noche oscura buscando el alma.
Publicado por Juan Carlos Céspedes (Siddartha)
en la revista La Urraka
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