Se yergue cual estatua
inmovil,
con la solemnidad espiritual
de un don de gracias.
Habitando su mundo de silencio,
cerca de tempestades marinas'
testimoniando el beso ,
de los amantes
que imploran conseciones.
Desde su altura gigantesca,
atrapa en sus ojos
-toda la cuidad-
...y la envuelve,
cual si fuera,
la unica responsable,
de su perpetua
RESURRECCION
LAZARA NANCY DÍAZ -Estados Unidos-
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