—Parece real, es tan cálido, incluso tiene dos capas de pelo, como un lobo de verdad. Y tan ajustado. ¿Dónde lo conseguiste?
—Esto… digamos que es de mi propia hechura.
—Guao, tú sí eres un tipo dedicado. Pero eres nuevo en la escena, ¿eh?
—Sí, soy nuevo en esto del furry. Ni siquiera sabía que hay bares y discos… nuestros, hasta que un día un amigo me dijo, por la noche ve a tal lugar, te sentirás a gusto, podrás ser tú mismo sin que te miren mal.
—Y quién te va a mirar mal, con ese pelamen, esos colmillos, tan realistas. Me dan ganas de disfrazarme de Caperucita, o de Bella la de Twilight.
—¿Pero tú eres furry o cosplayer?
—Oh, a mí me gustan todos los sabores menos la vainilla.
—Está bien. Pero si te disfrazas de Caperucita o de Bella, puede darme ganas de comerte.
—Ah… ¿te gusta comer? ¿Te gusta, sí?
—No puedo vivir sin eso.
—Mmmm… mi lobito comilón.
Juan Pablo Noroña Lamas(Cuba)
Publicado en la revista digital Minatura 117
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