Ahuecando las manos
Y fue de pronto cualquier otro día
y tuvieron hambre.
Ahuecaron las manos para guardar semillas
y mordieron la carne tierna sin herirla.
Con bocas entreabiertas
desnudaron el corazón de los frutos
nombrándolos uno a uno
y saborearon las sílabas como jugos
e inventaron una larga lista de sabores.
Se convirtieron en arroyos
y se dejaron llevar por las orillas.
Construyeron una cúpula con nidos de pájaros
y dejaron que atardeciera en las espumas.
NELA RIO -Argentina-
Del libro Cuerpo amado
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