LA ÚLTIMA PALABRA
Y pasó el tiempo
y, como siempre, el tiempo,
dijo la última palabra.
Máscaras y antifaces
rodaron por los suelos.
No rojos de vergüenza,
porque carecen de ella,
los farsantes, quedaron
por completo descubiertos.
Triunfante, la verdad,
por fin se impuso.
Sin embargo, el mal
ya estaba hecho
y, la verdad sea dicha,
apenas si alcanzó,
en resumen de cuentas,
para un triste consuelo.
No, no, no esperemos, amigos,
que pase y venga el tiempo
a decirnos la última palabra,
luchemos, sí, luchemos
porque surja y se diga,
la última palabra, aquí y ahora.
JUAN CERVERA SANCHIS
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