Si tocara ahora, con la diosa, guacharaca,
A bailar se dijo que se baila sola la chamaca.
Asombra y asoma su sombra, la musa con tanto talento,
Porque alegre es su movimiento de cola.
Con cintura de raca mandaca,
Al ritmo del son dobla el codo con un lapo de pola.
Así danza que danza sin cansarse del bailoteo, ni mareo.
Los ojos giran tampoco paran de bailar.
Al ritmo del tambor y de la tambora y del tamborilero,
Al ritmo de la raspa y de la guacharaca y de la maraca.
Jolgorio que la chamaca chambaculera machaca,
Con su faldita en la noche y colorada buchaca.
Pregones de boca irrumpen hasta el amanecer
Con antorchas que flamean de allá para acá.
Signos presentes hasta el anochecer,
Hablan del amor, rompiendo corazones.
Entre fuego y redoblantes, escuchan delirios y amores,
Del pasado cultural de Chambeco. --Paraíso Chambacú.
De la pequeña África caribeña.
Con el mar que embruja y que susurran el pasado.
Remembranza mágica que no se detiene,
Guardada en la suave piel de la negra chamaca.
Entonando místicas canciones de su origen romancero.
Cantándole y bailándole a la luna y estrellas. --Tramandaca.
La chamaca inspirada no cesa de danzar
Con brazos alados al cielo en piernas empinadas de amor.
Danza que nace del recuerdo vivo de criaturas bautizadas.
Danza que nace del ancestro de almas conquistadas.
Bajo la luna y estrellas que enamoran con sus cantos,
Por los callejones barriales con pisadas fuertes del Chambacú ignoto.
Cantan las almas, en cánticos desde lo profundo del alma.
Que nacidas en el mismo seno, la cuna llama.
Y a la luna la llaman hermana luna y la luna toca.
La estrella, toca, la llaman hermana estrella, y al cielo tambor.
Y alegres danzan bajo el cielo luminoso hasta el amanecer.
En la alborada, la maraca y la guacharaca.
La diosa chambaculera, ilumina, brilla cual sol sobre el mar.
Es ondina de preciosa sonrisa de relucientes perlas.
La sensual cadera menea con notas de gaita y millo,
Allá en el horizonte donde se oyen sonar entre cielo y mar.
Allá, se ven sus huellas danzar entre los límites de arena y mar,
Al son de la gaita con su calzoncito rojo y sin calmar.
La diosa chambaculera ondeando cual olas su pollera colorá.
Orgullosa del tricolor patrio y con corazón de enamorá.
Brillando su bello rostro azabache entre noche y fuego.
Rostro de fantasía de amor, de aire enamorado y soñador.
Raptada por la danza medita transfigurada y fluida,
Como poseída del vudú que venía de huida.
Danza que danza alrededor de la hoguera libre como el viento,
Etérea entre guacharaca y maraca sin detener.
De súbito danzando aparece del cielo el dios Apolo
Entre tambor y tambora. Y vuelve la guaracha.
Antología de figuras es ponderada por el carnaval y alegría.
Poemas suenan y la diosa chambaculera deja semilla todo el día.
Chambacú, Chambacú de raza noble y negrera y cartagenera
Este poema de viva sangre te resucita como diosa Chambaculera.
Alegra su victoria tambolera que la hace más bella.
Chambacú, Chambacú de guacharaca, maraca y lumbrera.
Lograste respirar con mano de fuerza tesonera.
Fantasmas aún, pero superas no Pro tempore
Con semillas de amor por calles cartageneras.
Regalo de Dios. --Cultivadas por la diosa Chambaculera--.
RAFAEL EDMUNDO ARÉVALO
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