Comienza una semana muy importante para mí: hoy tengo que acudir a la consulta de mi oculista para revisión y darle una respuesta.
La última vez que fui a la consulta me recetó unas gotas y dijo: "Cuide su ojo izquierdo y valore una operación de cataratas".
Yo he cuidado mi ojo más que si fuera mi bebé: lo llevo liado en una gasa y de vez en cuando lo lavo y le echo las gotas. Quizás así hoy el oftalmólogo (vaya nombrecito) me diga que no hace falta operarme.
Y pasado mañana me ponen la segunda banderilla y quedaré marcado con el hierro del Corona, la ganadería más importante que ha pastado sobre la Tierra. A partir de ese momento dejaré de ser Juan Pan y pasaré a llevar un número (quizá un chip como mi Tomy) para estar controlado por el Sistema.
Mejor así, pues mi vida como ciudadano independiente no me ha llevado al éxito y por tal motivo ha huido de mí casi todas mis amistades. La vacuna puede que cambie las cosas. Al menos, espero me inmunice contra el deterioro de la vejez y me procure vitalidad.
Como dice Carlos Ruiz Safont en "La ciudad de vapor", a pesar de todo, debo estar agradecido:
"Incluso a los despojos de la vida como yo se les concede un asomo de felicidad en este mundo.."
PAN GARCÍA
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