El funesto primer sábado de agosto,
nunca será breve.
El almanaque de mil novecientos treinta y nueve
se tiñó con la sangre de trece rosas españolas.
Sus pétalos fueron desgajados por la tiranía,
pero homenajearlas quiere hoy, la poesía…
VICTORIA, pequeña activista,
sufre el más grande calvario;
LUISA, la primera en conocer Ventas;
VIRTUDES, presa de Franco y su corolario;
ADELINA, activista víctima de las torturas
más cruentas;
CARMEN, modista que en las celdas
pierde su horario;
ELENA, olvida sus sueños en paredes sangrientas;
JULIA, cae en las garras de cruel adversario;
DIONISIA, sufre vergonzosas afrentas;
ANA, enfrenta a la dictadura con cada ovario;
JOAQUINA, cuenta las balas en tormentas;
MARTINA, no tiembla ni baja la mirada al corsario;
PILAR, se burla de los fusiles que la muerte
usa como herramientas;
BLANCA, en su piano, se despide en su carta
con doloroso abecedario.
Trece rosas que enlutecen al honor
y a la memoria…
Que sus nombres no se borren de la historia.
Nicolas Ching Ferreyra (Tusitala) -Perú-
Publicado en el libro Siempre iluminadas nunca olvidadas
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