domingo, 17 de enero de 2021

UNA ALEGRE VIDA


 Hubo unos años, que en estos pequeños pueblos

escaseaba el empleo, lo que obligó a sus jóvenes en

edad de trabajar a tomar la drástica y dolorosa decisión, de marchar

fuera de la provincia, para buscar ese empleo tan deseado en el

tiempo.


 La huida de jóvenes de los lugares más pobres, fue de tanta magnitud,

que rápidamente originó una elevada emigración que acabó dejando a

esos lugares diezmados de habitantes, en muy poco tiempo por el

fuerte empuje de la civilización y la interesante atracción, que tenía

sobre la juventud el poder adquisitivo que predisponían ciertas

ciudades. Éstas en su momento se encontraron, inmersas en el

profundo problema de poder dar cobijo a tantas personas, atraídas por

ese empleo del que no disponían ni en sus sueños más conformistas,

donde el auge de su elevado y rápido crecimiento, parecía no tener fin.


 Esta elocuente juventud, pasados los años suelen volver

momentáneamente al pueblo que los vio nacer y fueron felices, hasta

que la miseria les empujó a buscar, nuevos horizontes poder labrar se

un futuro más placentero.


Años más tarde, deseosos de descansar entre viejos conocidos y en

lugares abiertos a la naturaleza, donde suele predominar una

exagerada tranquilidad y pasividad, regresan al pueblo con más o

menos frecuencia.

Los días de descanso y reencontrarse, con los recuerdos del pasado y

haciendo volar su imaginación.


Alberto Díaz Genoher

Publicado en la revista Esta Tierra 110

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