Ella era la diosa más linda
del Olimpo,
mas víctima de una cruel
traición,
en soledad alteró su mundo
y triste quedó.
Abandonando su hogar,
en la tierra
pronto se llegó a instalar,
andando
entre los bosques, lagos,
ríos y el mar.
Pero a pesar que la tierra,
la prodigó
de todo para intentar
hacerla feliz,
su tristeza con nada
amenguó.
Por todo inaccesible lugar
lloró y lloró,
hasta que ninguna lágrima
por derramar
en esos hermosos ojos
lucero quedó.
Su angustia era tan extrema,
a tal punto que
de las cuencas de sus ojos,
bellas perlas
y finos diamantes empezaron
a brotar.
Las perlas se las llevó el río
al mar,
y los diamantes, quedaron
atrapados
y esparcidos por todo lugar,
y todo solar...
George Rivas Urquiza -Perú-
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