Dejándome llevar. Arrastrando mi cuerpo por los pasillos. Respiro. Inspiro, expiro. Sueños desmadejados. Timbres. Estrépito entre silencios. Oscuridad rota en un instante de desasosiego. Luz y parpadeo. Agua que corre. Agua.
Frío sobre el rostro. Mirada inexpresiva. El tiempo avanza y yo me siento aún dormido. Soñar que se sueña y morir, o vivir entre sueños. Más luces. Líquido oscuro. ¡Desperta, ferro! Una planta se despereza en un rincón. Se oye el aullido lejano de un perro. Líquido oscuro, agua, vientre, despertar.
El día va clareando, y los pensamientos. Las pesadillas van desapareciendo del recuerdo, y la noche, traicionera como trampa de araña, se esconde hasta que necesite regresar hasta mis dominios.
Francisco J. Segovia
No hay comentarios:
Publicar un comentario