Rosas
trece fueron
las más hermosas…
después que las hirieron
el fusil las abatió
ante ruin mirada
que asoló
como esclava.
Días y noches
fueron los testigos
del designio de los hombres
del poder establecido.
Mujeres de los verdugos
en las casas no imaginaron
los su sangre impartía
dolor y sombras en tinieblas
para las mujeres unidas.
La tierra se vistió de rojo
rojo sangre y no de rosas
aunque con espinas lacerantes
en los pechos de las diosas.
Alfred Asís -Chile-
Publicado en el libro Siempre iluminadas nunca olvidadas
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