Me hiciste llorar.
Me hiciste reír.
Me hiciste pensar.
A veces me confundiste.
A veces indiferente me dejaste.
A veces no entendí nada.
Pero pese a todo me gustó siempre
sentarme en una butaca
o en una silla, a verte,
porque creo que eres importante
y que todos deben conocerte.
Sé que los hará, como a mí,
llorar, pensar, soñar, reír.
Alguien dijo que eres del pueblo
y que debes volver al pueblo;
los cómicos saben llenar
las plazas de los pueblos
y ser libres como el viento,
sin que nadie mutile sus ideas,
sin que nadie censure sus textos.
Siempre algo nos enseñarás.
JOSÉ LUIS RUBIO
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