martes, 22 de diciembre de 2020

ODA AL MERENGUE

 

Está ahí, en el escaparate,

su blancura enseñándome.

A veces se adorna con chocolate.

Otras se protege con hojaldre.

A veces se ondula como el mar

en días de fiera tempestad

o se une al bizcocho

en una tarta monumental

para un cumpleaños celebrar.

Pero llega el momento,

sí, el momento, de tenerlo

entre mis pequeñitos dedos

para de un bocado comerlo.


Uno, dos, tres, no sé parar.

Seguiría con alguno más

pero me haría engordar

y mi figura estropear.


En fin que a tu hermosura

he de renunciar y solo alguna

fiesta aislada me permito

deleitarme contigo.


JOSÉ LUIS RUBIO 


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