Dos lunas. Un río silencioso.
Unos árboles que buscan el cielo
entre las sombras amenazantes.
Dos lunas que iluminan
un río flanqueado por árboles
de afiladas copas.
He dejado a mis ojos
perderse en este nocturno paisaje.
Los he dejado nadando en el río
bajo la luz de dos lunas.
He olido los perfumes de la noche
subido a los árboles que crecen
en la ribera del río.
Son olores que huelen a misterio
que yo no quiero que se pierdan
en las sombras sin olerlos.
Son olores mágicos que están,
ahí, escondidos en cada pincelada,
en cada color, en cada figura.
JOSÉ LUIS RUBIO
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