Te besaba los labios y el largo de las manos
y entraba en tu torrente
rotundamente lenta de pechos, suculenta
poseía tu sangre
y mientras cabalgaba esclavo sonreías
y elevada tu alma un rictus de placer surgía
prohibido amar,
nada puedes pedir
sus.muslos y suspiros enredaderas.
De placer jadeando, se mordía la lengua
" No vayan a escucharnos en la colmena y rompan filas mis fieles zánganos".
Prohibido amar
de mi exclusividad es el sentir
Cuando atorada se arqueaba
sinuosa víbora
presa del éxtasis
de sus ojos oscuros nacía una daga negra que siempre utilizaba..
Carlos Martínez Villanueva
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