A mi madre querida
En algún lugar del universo
Soñé que en algún mundo renacía sin mi cuerpo
y que podía flotar en el espacio
entre la luz y las sombras.
Todo era distinto allí y no podía
Beber el negro café para este día,
ni podía comer nada porque no necesitaba de estas cosas.
Tenía el universo para poder ir de estrella en estrella
Era como un gran campo de flores encendidas,
Aunque en algunos momentos
Una densa oscuridad cubría todo,
pero era como un breve descanso
para cerrar mis ojos inmateriales
y abrirlos de nuevo en un tiempo sin tiempo
y volar y volar sin límites
en la libertad absoluta de los mundos,
llenos de tantas maravillas
que jamás pude imaginar.
Pero desperté con una alegre nostalgia
sintiendo el impalpable beso de mi madre
que siempre me busca
Algunas veces en este Día de los Muertos.
MANUEL KENTORE
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