El primer poema del año
es el beso que te mando
para recordarte que estoy viva
aunque por los cielos los aviones
lleven una muerte polvoreada
y blanca de fuegos que estallan
con bombas de odio.
Soy golondrina sin alas
y no puedo salir de esta tierra
que he conquistado con el sudor
y la conciencia de poder pasar los intranquilos años
sin la juventud que aquí me ha enraizado con la fuerza del trabajo y las ansias de libertad.
Espero que en este hogar
me alcance el último amor
a quien servir sonriendo y que
al besar sus manos
reciba una flor de ternura.
Que este primer beso del año
sea para ti, que todavía tienes
un corazón lleno de deseos y de coraje.
Que la esperanza esté siempre
presente
en el brillo de tus ojos.
Teresinka Pereira
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