Un silencio acústico, apresura su paso hasta alcanzar las letras notorias de quién es artífice de las mismas.
Su arte le compone sonetos a la afonía callada, que enmudece su sentir plasmado en un trozo de papel.
La elipsis ha trabajado la prudencia, la reserva sigilosa de algún perdido poeta que en sus grafías disimula discreción y sentida calma.
Paz y sosiego en la quietud, tranquilizan el alma reposando en su intimidad el ruido estruendoso que produce el autor a quien con pasión le lee.
Allis Albary Monsalve
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