lunes, 1 de junio de 2020
AJEDREZ
“¡AJEDREZ!” consta de treinta y seis sonetos: uno por cada una de las piezas del juego, más cuatro ajustados al tablero –campo de batalla o de contienda--. Que sumados esotéricamente nos da la cifra del nueve (9), por ser treinta y seis los poemas realizados, pues que tres más seis, son nueve, claro está: uno de los números de la divinidad –tres por tres--, del guía espiritual, de la realización del espíritu sobre la materia y de la lucha de ésta sobre la carne, en la comprensión de la vida y la muerte; la síntesis de lo corporal, lo intelectual y lo espiritual.
En este juego milenario, también el ocho es un elemento significativo porque sesenta y cuatro son el total de las casillas del mismo: ocho por ocho; siendo la suma de seis más cuatro, igual a diez; y uno más cero es uno: la unidad, la vida, el camino, el juego; la Divinidad Suprema. El significado del número ocho es la regeneración, la renovación. Está relacionado con el caduceo, pues sus dos círculos representan a las dos serpientes –o cadena de ADN--. Y el ocho --acostado- - es representación del infinito, del avance, de la búsqueda de trascendencia a través de los hijos... todo eso y más, comprende el juego. Además, la lucha, llegará algún día a la inevitable contienda final entre el bien y el mal: la Tercera Guerra Mundial, Armagedón o Apocalipsis.
¡Hola, querido amigo José Luis! Gracias, mil gracias, por haerme hecho esta preciosa reseña, en tu exquisita Revista Azahar. Cuando lo vi, no podría creermelo, buena persona. Eres fantástico, me alegré tanto y me alegro todavía cada vez que lo veo. Te estoy muy agradecido, amigo mío: ¡un saludo inmenso, alma grande de buen corazón!
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