Ella mueve el peón. Él retrocede. Ella mueve alfil, caballo, torre. Él retrocede, retrocede. Ella mueve la reina. Y él retrocede. Él aún pudiera salvar su rey, mas la reina de ella, al moverse, guiña un ojo, acaricia el vacío, y, sobre el tablero, sin pudor alguno, se desnuda.
Del libro Bla, bla, bla, bla, bla sobre el amor de
FRANCISCO GARZÓN CÉSPEDES
No hay comentarios:
Publicar un comentario