Si vemos encharcar la nube baja que asoma
por tus piernas y nos refrescamos con el sol nuevo
es que todo volvió a suceder
Si fuimos como pequeños duendes a colgarnos
de la estrella esa
que viste aquella noche
y paseamos sombras por un parque viejo
de estatuas que bailaron
para nosotros que comían que crecían
y vomitaban el corazón entre soles
con la cadena rota y oxidada
Y pude abrir como nunca
la flor amarilla que gira por vos
entonces por qué
sería mentira
cada bocado de aire
cada música
el brillo del sol
en mis manos
Y vinieron buenos tiempos
el bajo subió con la espuma
y trepamos por las cuerdas
de árboles encantados
por huellas de piedras
que roían orillas
entre los pastos verdes
con sonido de antorchas
que bajan de noche
en la nieve que se va
Yendo por el hielo
descontrolado
hamacando la velocidad
en paredes a pique
que ahondan el abismo
para llegar a la base
neutra
de la nada misma
María Moreno Quintana -Argentina-
Publicado en Suplemento de Realidades y ficciones 85
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