EN EL REGAZO DE TU AUSENCIA

Sentada en el regazo de tu ausencia
voy buscando un tema, algo qué decir,
como vos lo hacés al irte así, así,
sin trabas, por las calles de tu infancia.

Dejar que hablen mis sombras y sombrillas.
Las que a hurtadillas, en sus vigilias,
con pedacitos de ternura y mimos
hacen hoguera, mi materia prima.

Sentada estoy en el regazo claro,
grande, íntimo y dichoso de tu ausencia.
La cual como un ave de pronto huye
con todas las risas de mi niñez.

¡Miel de chocolat, carne de membrillo!
¡Mi siempreviva me viste de verde!
¡Algo roza y moja, algo rompe el sino
del espino en la carne de mis rosas!

Mi alma escapa a tu jardín con mi dicha.
Las brisas se bañan en tu romero.
Faciendo guacalitos con sus manos,
me lavan la cara, me bañan mi pelo…

¡La nube de sus gestos me empapa
como en un divino claro aguacero!
¡Tu jardín entero prieto de ecos
llena de claridades mi presente!

Y he aquí que con mi pecho horadado
con los suaves destellos de tu ausencia,
me acerco de puntillas a esa encina
verde verde del centro de mi misma.

Y allí me quedo, quieta y reposada
con mi voz de siempre, mi voz descalza,
como la de un chorlito o un murmullo
que ha vencido las rejas de la jaula….

Lionel Yino Sanchez