martes, 21 de abril de 2020

COMO LA PRIMAVERA, QUE ACARICIA LAS FLORES.


Ayer te vi en la tarde primaveral, donde tu luz, era como el sol.
Desde entonces mi boca está llena de tibios sonidos de palabras ahogadas
porqué sé que algún embrujo de tu amor ha de enclavarse en mis entrañas.

Siento ansias desmedidas de poseerte, con la fe de todos los amantes.
¡Estás tan cerca! que siento el aroma primaveral de tú cuerpo y tu aliento
mientras quiero ser brisas, y perderme en las curvas fogosas de tu cuerpo.

Eres como una crisálida de ensueño que busca el amor para nacer.
Mi vida vivió entre arenas yermas y luego amarte fue como sembrar flores
bebiendo pétalos en tu vientre lujurioso entre bellos amores y resplandores.

Eres como un ángel, que llegó a mi vida en mis otoños grises.
Con el brillo de las esmeraldas de tus ojos y gemidos de mujer enamorada
mi cordura se pierde en tu boca cuando me quemas con el sol de tu mirada.

Siento mi pasión desde las raíces del sol hasta el cielo de tus ojos.
Vivir la vida con mi boca ardiente en la turgencia de pétalos de tus pechos
bebiendo el elixir del amor entre tus gemidos, es música para mis sentidos.

Tus piernas entrelazadas en mi espalda son senderos de lujuria.
Viviré las sombras tibias en la morada de tú cuerpo, con ferviente herejía
y porqué quiero vivir en tu vida, y soltarle las amarras a esta soledad mía.

Tu risa es como la primavera, acariciando un vendaval de rosas.
Mi amor despiertas y me llevas en su magia, a la inmensidad de tus cielos
yo vivo en ti, olvidando letargos viejos entre los hechizos de tus ensueños.

Tu bello amor, es capaz de cambiar el color de los imposibles.
Reverdeces mi pasión en desmayado ocaso en los límites de tus misterios
y loco por amarte, dejaré que tu voz perdure en las voces de mis silencios.

Amor: deja que mis otoños florezcan en tus primaveras,
y no quiero que pienses que soy un capítulo de tu vida,
yo quiero desde ahora, ser parte de tu historia…

Manuel F. Romero Mazziotti -Argentina-

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