lunes, 30 de marzo de 2020
NO HE DE RENDIRME
Yo no puedo vivir entre las sombras
el pasado se fue
castigado y vacío
sólo escucho entre los brazos del crepúsculo
una voz que suspira
milagros de otro tiempo.
Un tiempo que susurra mil amores
un cortejo de luces
un zorzal inventando en sus gorjeos
besos brujos
dioses blancos que ejecutan
historias de burbujas.
Yo te amo desde el borde del abismo
desde la inmensa torre del deseo
desde la indescifrable montaña de los besos
la que ha vestido sus alas incendiadas
para cubrir tu boca con sus ecos.
No dejaré este barco omnipresente.
No dejaré de asirme a tu silueta.
Traeré en mis manos una legión de ofrendas
me sentaré a esperar tu voz de enero
hasta escuchar un te amo augusto
brotando de tu anhelo excelso.
Resistiré tus rechazos
tu soberbia
tu castigo infinito
tu furia encapsulada entre tus labios
tu llanto de mil horas
tu decepción
tu espanto.
Resistiré vivir sin tus caricias
sin el perfume azul barriendo tus mejillas
sin tus pisadas tenues de mujer sin prisa
sin tu mirada larga parpadeando risas.
Expiaré con mil espinas en mis plantas
todo el dolor causado por mis faltas
y esperaré que Dios escuche mis plegarias
porque no puedo vivir
si tú no grabas
sobre mi frente gris un beso sacro
Y si mil años no alcanzan para atrapar tu canto
continuaré tendido sobre filosas piedras
hasta que sangre y llanto se unan en un manto.
Con tajos en mis manos yo invocaré a los magos
orando por tu amor hasta que muera
la última estación de este universo
que espera la versión de un nuevo intento.
No he de rendirme ante tus noches frías.
No.
No dejaré que tu soplo extinga
este sabor a primavera inédita.
Resistiré hasta el día que tu boca grabe
sobre mi frente gris
un beso sacro.
Beatriz Ojeda
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