lunes, 20 de enero de 2020
NUESTROS DIÁLOGOS CON EL ESPEJO
Hay días que parece que la vida y el destino, se confabulan en tu contra.
Ergo, trata de mantenerte al calor del sol y arremete, pase lo que pase.
El secreto de la serenidad es enfrentar sin fatiga lo que parece inevitable.
Y siempre caminar con entereza y gallardía, en medio de las tormentas.
Cuando me acuesto, siento los imperturbables y rítmicos golpes de las válvulas de titanio de mí desgajado corazón, y que me quitan el sueño.
Pienso en el momento que ya no las escuche y sin tiempo a despedidas.
Las personas de mi generación, raramente lo son o parecen ser ridículas.
Les pasa a los viejos cuando lo son y quieren parecer a ser lo que no son.
En el mundo de necesidades insatisfechas, la vejez no es para cobardes.
Sabemos que, a medida que pasan los años, necesitamos más heroísmo.
El poder de cualquier naturaleza es un ejercicio que se ejerce en soledad.
Prefiero el amor de una mujer, un ejercicio de a dos y lleno de sorpresas.
La maldad sutil, nace de una mente perspicaz, observadora e ingeniosa.
Y con mucha puntería, puede jorobarnos largos días, y con sus noches.
¿Es necesario recrear la oscuridad y el ocaso de los ídolos carismáticos?
¿Para qué recreamos tantas miserias si no sirven de ejemplo para nadie?
Uno de los grandes poderes que tiene el ser humano, es la imaginación.
Y por eso creo que los mejores paisajes viven en la mente de los ciegos.
Ya viejo, me estoy dando cuenta que no todos somos blancos, o negros.
Y creo que, todos juntos, sólo hacemos la suma de un montón de grises.
Puedes fingir todo lo que quieras, y siempre, y con cualquier persona.
Pero una simple mirada a tu espejo de la vida, y te confesará como eres.
Manuel F. Romero Mazziotti -Argentina-
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