viernes, 22 de noviembre de 2019
ÉL ESCRIBE, EN SU VOZ
Un papel en blanco
atravesado sobre una mesa vacía,
no quedan rastros de vida
él escribe
un cristal carcomido por el hielo, frescas siluetas
y mil sombras
la vela se mece, las noches cobran substancia
su voz se cuela por los hilos metálicos
dejando pendida del aire
una súplica
dos rasgos inequívocos de entrega
y una dama entre rejas
libérame llora la canción, un aullido de triste lobezna
él escribe en la garganta entregada, ese císneo cuello
blanquecino, ofrenda al dios pagano
la pluma se estruja, se aprieta contra su piel ardiente
él escribe, y un cuento de animales recorre un bosque
dos vísceras enfrentadas, dándolo todo
la bailarina apenas toca el suelo
las palmas gritan, supuran grandeza
él escribe sobre un trébol roto, desmadejado
ya no crece la hierba sobre aquella mesa
ella esconde su sonrisa, una edad extraña
abismo insalvables por las leyes inconexas
vibran sus cuerpos, se frotan su almas
él escribe, ella se acurruca entre almohadas
han nacido lejos de los hombres
y el gentío lanza piedras a quienes son
dos amantes se diluyen en los braceos de un saxo roto
he perdido la cuenta de las estrellas
el cielo esconde su diestra luz
llueve, se están llenando las acequias
de papel mojado, de tiempo sin eslabonar
él escribe, anota cada estrujón
y revive el caracoleo de cada mañana
oxigenando los sueños guardados en aquel cajón
una hoja ha perdido el níveo ardor
él ha escrito tu canción
dos letras, un beso y el olor a carmín recién sorbido
gracias da de nuevo
él ya no está, pero pervive
y vuela, y vuela
está en tu interior, en la historia, en tu voz…
Santiago Pablo Romero.
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