Esa húmeda oquedad
donde la noche se despeina.
Ese olor a ti que deshabita el crepúsculo
afina las guitarras
y entristece al dolor.
Ese asfódelo que se desangra en tu pubis
como el color de una desgracia
que entra y sale de tu sexo.
Ese sonido de sol que camina por tu vientre
y yo que callo mis ganas
cuando abres tus deseos
a mi empinado ardor…
Victor Diaz Goris
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