Me he puesto la armadura
antes de que salga la luna
porque el fantasma de la doncella
se aparecerá, esta noche, semidesnuda,
en el balcón de la fortaleza.
Quiero verla sin que me vea
escondido tras el escudo
en un rincón del patio oscuro
admirando su salvaje belleza
para enamorarme de ella.
Pero eso posible no será
porque esta noche lejos estaré
junto a la serena oscuridad
de mi subyugante mar
que me ha visto envejecer.
Ahora armadura no llevo
sino un jersey rojo de lana
y unos viejos vaqueros.
JOSÉ LUIS RUBIO
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