jueves, 1 de agosto de 2019
VIVENCIAS DE UN ROMERO
Cinco y treinta de la mañana
en la Catedral Metropolitana,
es una hora temprana
inicio la Romería, con buena gana.
Mes de julio, treinta y uno
camino con mi desayuno,
que haya temores ninguno
hacia el Santuario, va más de uno.
Mi mochila bajo el brazo
a quien aprisiono y abrazo,
me doy un espaldarazo
me motiva el ambientazo.
Con mucha fe abro camino
la Basílica es mi destino,
transito con sobrio tino
y devoción de peregrino.
El calor del sol es vital
dejo atrás la capital,
pasar por San Pedro genial
mi compañía es celestial.
Claro, solo no es mi viajar
La Virgen me va a acompañar.
me motiva al peregrinar
para hasta su Gruta llegar,
Dios me ve desde el alto Cielo
me da la protección que anhelo,
se que para Él, soy su desvelo
esto es mi mejor consuelo.
Sigo... por Curridabat a pie paso
que haya tránsito no es fracaso,
ni representa un ocaso
sólo a La Negrita, hago caso.
Más tarde me veo adelante
La Virgen del Pilar en frente,
mi cuerpo se encuentra anuente
que sigue terreno ascendente.
El cansancio no es ajeno
pero lo tomo sereno,
como el caminar es ameno
La Negrita me recibirá en su Seno.
Es tiempo de hidratarse
el agua hay que tomarse,
más fuerza habrá que darse
por ello hay que alimentarse.
Camino con humildad
en mis pies veo seguridad,
Ochomogo una realidad
de La Madre, obtendré su Piedad.
Taras es otro pasaje
San Nicolás, ve mi traje
porque desde este paraje,
ya hay menor kilometraje.
A la Muy Noble, he llegado
por el Occidente, se ha entrado
mi cuerpo, sudorizado
me dice, te has esforzado.
Una experiencia dorada
La Virgencita motiva, mi romería añorada
su bendición es deseada
más siempre por sus fieles esperada.
No hay ancianos relegados
tampoco discapacitados,
privados de libertad citados
por ellos la caminata, así por ende serán nombrados.
Mañana soleada arribo
este ha sido un incentivo
a la Virgen de Los Ángeles, escribo
fresca agua bendita ha vertido.
La Basílica, congestionada
el “Día de la Patrona”, de devotos será llenada
visita de rodillas, acostumbrada
¡oh! mi trigésima octava romería, terminada.
Caminé con fe y devoción
con la enorme convicción,
que con alma y corazón
es inmensa la satisfacción.
De la Negrita,... la Piedra Providencial visitar
de rodillas... al Santuario ingresar
para... mi agradecimiento dar
y finalmente... ¡tú agua bendita tomar!
José Rafael Orozco Torres -Costa Rica-
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