sábado, 3 de agosto de 2019

LA MIRADA


La mirada se fundió en el granate de tus ojos,
mientras se adormecían los párpados.
El crepúsculo brotó entre mantos amarillos y rojos,
y con sus manos cubrió mi rostro.
Era tarde para resucitar el día.
Sólo lo vi una vez y se lo tragaron las montañas.
Quería mi cuerpo volar, quería
mi amor sentirlo todavía.
Pero la tarde dejó entrar a la noche,
dejó entrar al silencio.
Sólo miradas fundidas en tus ojos
y una mancha en el corazón, una herida.
Una amapola con sus pétalos, tendida
entre la fresca y verde sábana del iris,
me cuenta una historia de amor perdida.
Y la nostalgia se baña en mis pupilas,
saltando una lágrima al fondo de las aguas,
buceando, cristalina,
buscando una respuesta a su vida.
Su vida la encontró en una palabra,
como la mar, valiente,
como la nube, efímera,
etérea como el alma.
Amor, era la esencia que buscaba.

Milagros Rubio 

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