Fuiste ese beso intenso
que con mis labios saboreaba cada mañana al despertar,
ese húmedo sueño de mis placenteras noches sin cesar
que en mis sábanas cobijabas mis encantos y en tu cuerpo miles de caricias te hacían palpitar.
Fuiste...
Esa ráfaga de aire
con las que mis pulmones
podían respirar,
ese amor eterno al que mis mejores deseos
pude y puedo desear.
Esa paz, esa tranquilidad...
Esos momentos inolvidables que en cada una de mis noches
vivo y mi memoria
siempre guardará.
Maria De Los Angeles Ares Lago
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