UNA CHICA

Una bella princesa,

llorando en una barra,

consolando sus penas,

“con una jarra de cerveza”.

Era un bar de música,

despechada en su corazón,

estaba susurrando en su interior,

“cuando estallaba de dolor”.

Se lamentaba sin cesar,

y no podía asimilar,

porque en esta vida,

“la tuvieron que traicionar”.

Hay mujeres así,

que no respetan al hombre,

que comprometido está.

“y le tienen que tentar”.

No les importa,

lo que van a destrozar, 

ya sea relación, 

“o un bonito hogar”.

Si saben que está ocupado,

por qué a otro hombre,

siendo libre no se buscan,

“más tentador es el hombre ocupado”.

Y el hombre como hombre,

si a la primera acepta,

negando su pareja,

“se le meten entre ceja y ceja”.

Por un placentero,

momento de pasión,

ya sea una sola vez,

“el destino se le puede torcer”.

Era tanto el desconsuelo,

de la pobre mujer,

enfrente de la botella,

“sin dejar de beber”.

De sus bellos ojos,

salían a borbotones,

tan amargas lágrimas, 

“que desprendían dolor y amargura”.

Desdibujando la sonrisa,

que un día fue, 

protagonista de alegría,

“que estaba haciéndola tan dichosa”.

Lloraba y maldecía, 

por qué aquel día,

le tuvo que pasar,

“cuando ella más lo quería”.

Le robaron su pareja,

destrozando su hogar,

su futuro lleno de felicidad,

“convertido en un infierno sin final”.

Enterrando bien profundo, 

lo maravilloso del amor,

rompiendo en pedazos,

“su apasionado corazón”.

Jamás en la vida,

entre llanto decía, 

a ningún hombre,

“le entregaría su corazón”.

Jamás en la vida,

vuelve a creer ya,

y así acompañada,

“de música y licor se consolaba”.

Las penas olvidaba, 

con trago de licor,

disimulada su dolor,

“que rompió el corazón enamorado”.

Una bella chica,

con su cara angelical,

intentaba poder sonreír,

“cuando el dolor la mataba”.

Una chica se preguntaba,

que habiéndole entregado la vida,

al hombre que amaba,

“por qué la abandonaba”.

Esa chica desconsolada,

con licor se consolaba,

por culpa de un despecho,

“por la herida que le habían hecho”.

“Nunca debemos de confundir libertad con libertinaje”.

Miguel de la Mancha