Que incendias el día con tus flores
eres beso en llamas que murmura hacia el azul
y yergues tu ígnea estatura como si la muerte de ti se iluminara
embelleciendo todo tu entorno
perfumándolo con tu luz.
Noble árbol que te demoras
como una herida sobre la tarde
eres vibrante caricia que el viento vistió de abril
en ti se conjuga coqueta la deseada lluvia de mayo
con la sofocante brisa de junio
y hay en tu tronco un enigma que a una mujer le toca descubrir.
Viejo árbol que caminas en tu inmóvil viaje a la belleza
adornado por colibríes que tal vez pronto van a morir
guarda entre tus ramas el secreto que una vez grabó un amante
y los fantasmas que en ti se abrazan
puedan volver a salir…
Victor Diaz Goris
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