(soneto - C -)
En un paraje hermoso y solariego,
refugio de dos almas que se quieren
los seres enamorados se dieren
esplendidos abrazos y sosiego.
Pues yo quiero ser de tus labios rojos,
esa sonrisa que mis ojos turba
sobre el matiz verde que perturba
ese deseo abrupto de mis antojos.
Bajo las sombras de esbeltas palmeras,
tu recostada en el césped aguardas
que llegue el amor de tu vida esperas.
Un galán con sus ideas muy gallardas,
que con su cariño, hace que sonrieras;
embriagada de dulzura, hace que ardas.
Alfa Omega -Ecuador-
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