El tiempo corre inexorablemente
hacia delante.
Nunca aprendí a no pensar.
Otra muesca en el bastón de no
retorno.
Se repiten otras voces, pero todas
las voces son la misma.
Juego con mis demonios al póker,
sangrienta escalera de color, no
puedo hacer más que ahogarme en
mi farol.
Toda historia idílica debería ser
hermosa, al menos en principio...
Esto ha sido un torbellino de amor,
pasión, vicio y traición...
Era de esperar que tuviese fecha de
caducidad, como todo en esta vida.
Tras el cristal de la ventana; un día
lluvioso.
Frente al mismo; también llovía.
La derrota empapada en sudor y lágrimas.
Francisco Piñero
No hay comentarios:
Publicar un comentario