jueves, 30 de mayo de 2019
DESDÉN
Al contemplar el desdén de tus cabellos
envolviéndose rebeldes en tu faz
como látigo que hiere la mirada
estrujé mi penosa realidad.
Al caer la tristeza solitaria
en la tumba de un falso atardecer
como llanto clavado en tus cristales
de rodillas volví a enmudecer.
Así de incógnita es la vida
uno no sabe dónde está el amor
cuando más quieres, más te olvidan
y te cunden cicatrices de dolor.
Al contemplar la brisa de tus labios
tan pálida y sedienta como seca flor
comprendí que lo nuestro ha terminado
y que alguien ha robado nuestro amor.
No sé si amarte fue pecado
si tú misma prendiste la pasión
ahora que el fuego está apagado
ya no siento, ¡por Dios, el corazón!
Sin viento, sin caricias, sin amor
hacia el cielo elevo mi tristeza
a él, solo a él le doy las quejas
del frío seno de tu pálida traición.
Te he rogado, cuánto te he rogado
y tú indiferente acrecentaste mi dolor
he llorado, verdad que he llorado
y ya soy cadáver y mendigo sin perdón.
Ya no soy nada, lo sé, ya no soy nada
acaso un mero espectador de tu falacia
y aún caído aquí en mi desgracia
para mí serás,... ¡mi eterna enamorada!
Juan Elmer Caicedo Niquén -Perú-
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