jueves, 30 de mayo de 2019

SIEMPRE TUYO, SERÉ


Con sólo ver tu cuerpo cadencioso, se ilumina mi alma de rimas.
Y tuyo seré, entre la arrogancia de sutiles profecías en una noche profana
entre mi jardín de los sueños, sombras y desvelos, horizontes y alboradas.

Eres como una suave y tibia brisa, en la vigilia de mis ensueños.
Quiero morar en tu regazo sentir tu calor y tu piel ardiente y tú, alucinada
mientras bebo de la fuente del amor de tu boca entre caricias enamoradas.

Tu continente, es un abecedario de curvas y amores descarriados.
Allí mi verbo te acuna con palabras inventadas, sobre tu espalda de luna
mientras mi boca busca, como el picaflor a su flor, besarte esa boca tuya.

Tú desnudez asalta mis pupilas, como ángel de un mundo alucinado.
Amarte y seas mía es dulce y lenta agonía de morir de amor cada mañana
con tus caricias paganas incendias a mi cuerpo, que engalanas y profanas.

Amor, déjame morar en tu morada, hasta el fin de mis días.
Quiero conocer nuestro destino en el firmamento azul sin salir de tu lecho
entre los luceros de tus ojos, la luna de tu espalda, y todos tus ¡te quiero!.

Te buscaré en mil estrellas. Y en mil vidas. Para amarte mil años.

Manuel F. Romero Mazziotti -Argentina-

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