Hay tanto en el silencio que gritas en mis versos.
¡Hay tanto que mirarlo ya no puedo!
Temblar desde el corazón hasta mis pies.
Y este pelo,
enmarañado
queda quieto para verlo
una y otra vez...
hasta sentirnos;
hasta lamer
cada sombra hecha miel.
En tu piel sobre la mía.
Frío ardor para calmar,
lo que la piel describe en poesía.
¡En dulce y exótica poesía!
Luna dormida
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