sábado, 23 de marzo de 2019
LA TIERRA CLAMA
Mi evolución milenaria,
me he formado como una nena,
aprendí a rotar a temprana edad,
a trasladarme de igual
manera solitaria.
La luz de mi sueños y desvelos,
de mi estrella madre enana,
me acaricia de forma plena.
con el ímpetu de su luz blanca.
Mi evolución origina la vida,
con mi madre luminosa,
reverdecen las praderas
y montañas majestuosas.
Las criaturas más bellas,
En mis mares nadan y habitan.
Saltan sobre mi suelo y vuelan
por mis aires, que les cantan
sin cesar el arrullo de mamá.
La humanidad mi máxima
fuerza evolutiva deseada.
Camina sobre mis praderas
y montañas con libertad.
Me aman de una forma compleja,
utilizan mi riqueza de forma
desmedida y caprichosa.
Me duelen mis capas tectónicas.
Me coge la tembladera,
no hay remedio que valga.
Para ese malestar
que me agobia y me apena.
Humanidad ten piedad
de mi debilidad y flaqueza.
Tú eres mi fortaleza
y realeza de la vida.
Humanidad hija mía,
reconcíliate con tu mamá.
La abuelita está enojada
y estalla de braveza.
Aprende de tu hermana,
La luz de mis noches,
me acaricia con ternura,
gracias hija Luna ejemplar.
Hija menor humanidad,
busca remedio a mi tembladera.
Para poderte brindar
mis caricias alentadoras.
Déjame cantar,
con mi aire de libertad,
me siento afónica,
con tus juegos de caprichosa.
No juegues a estallar,
como tu abuela,
ella lo hace natural,
tú sobre actúas y te dañas.
Me pones a temblar
y tiritar de la ira.
Por tus actuaciones fallidas.
No quiero erosionar déjame quieta,
Por favor no te excedas.
Hija menor cuida,
mis mares, playas,
mi voz arrulladora,
mis praderas y montañas.
Tu hermana mayor y abuela
enana no te soportan.
Están a puertas
de castigar tu actitud y actuar.
Escucha hija humanidad,
estoy dolida y afligida.
Esa tembladera no me deja
y la tos me atrofia.
La fiebre me desborda,
me sofoca y me fatiga.
Me duele mi temporalidad
y la espacialidad me da tembladera.
Fernando Enrique Zárate Ángel -Colombia-
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