martes, 5 de marzo de 2019
EL POLVO DE UNA ESTRELLA
Porque no quiero que me quieran
y por querer, di la vida entera
a una ilusión sin bandera
que es mi desprecio y mi condena,
¡maldigo a la humanidad!,
aunque yo la pertenezca
y me odio, aunque no me entienda.
No hay equilibrio en quien sueña
si abres los ojos y te quemas,
tengo las lágrimas secas
porque llorar es una ironía
en una vida que no es vida,
pero he de vivir, aunque duela
y aunque no lo reconocería
oculto en un verso, una queja.
Tuve que nacer en la Tierra
después de morir en una estrella
donde soñar era poesía
de un poeta que se suicidaría
antes de ser poeta...
y dejé mi nombre en una esquina.
Exijo mi derecho a la nada
donde sé que todo me falta
y la escritura pasa desapercibida
ante unos ojos que se desinhibían
sin saber de mí, que esperaban
mientras el amor...
... poco a poco...
... moría.
Luis Maria Saiz Laso
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