A SOLAS

A solas, en el silencio de una eternidad,
nada ni nadie hará que me distraiga
de mis pensamientos.
Vuelan como las nubes entre el horizonte
anaranjado que me va adormeciendo.
Respiro despacio, acunando mi mente.
Se escapa una sonrisa mensajera
hasta la distancia de un día cualquiera.
Cierro los ojos y me pesan los recuerdos,
algunos, enmohecidos y rancios.
Hace tiempo que no llueve, el agua
hace que todo permanezca vivo,
incluso, acerca la distancia entre unos versos
despojados de ideas claras y sin métrica,
que bailan al son de la música del viento
que ulula tras las rendijas de la ilusión.

Juana Campos Cortés