martes, 5 de marzo de 2019
A ESTE ÁNGEL QUE ACARICIA MIS SAN PEDROS
Los San Pedros florecen más amarillos
que en años pasados, tal vez será porque alguien
los habrá regado... quizás sea la abuela
de esta niña, para no ver esto tan desolado...
Al resguardo de estos muros un pequeño jardín:
-se sabe dulce- quizás sea la alegoría
de su antigua dueña... que hace mucho tiempo ya
que no los visita ni los riega...
Pero como entonces se escucha en la atmósfera
un sonido encandilado de élitros;
y el viento de levante pasa diciendo que no hay nadie...
Pero yo si veo una niña que ronda esta calle.
Y veo en su cara angelical, tal vez cuando joven,
la figura y el espíritus de mi madre;
un tierno Ángel con sus alas plegadas
al refugio del aire.
Y quizás se esté inventando una oración,
que hable de un San Pedro amarillo
y de un mundo más humano y más sencillo...
-diciendo algo bajito, de volar-.
Mientras pasa las yemas de sus tiernos dedos
por los pétalos dormidos de los San Pedros;
yo cierro mis ojos y me imagino mis dedos
entre la cara de este Ángel, mi madre y los San Pedros...
Y cuando abro mis ojos, veo que estoy muy lejos de todos:
así que me resigno y con el aire le mando mis besos...
RAFAEL CHACÓN MARTEL
No hay comentarios:
Publicar un comentario