¿Quisieras ser la mujer que siempre soñé y nunca pude tener?
La que con una sonrisa
desaparece mis miedos, anima mis días grises y espanta a mis demonios
La que con su llanto
suaviza mi armadura, desnuda mi alma y me vuelve un niño
La que con su enojo
amansa a la bestia, la vuelve dócil y come de su mano
La que con una mirada
lo dice todo, refleja mis sentimientos y los vuelve nada
La que con un beso
aquieta mis tempestades, amaina la tormenta y absorbe mis calamidades
Si ya se doctor,
debo tomar el medicamento que me llevará a soñar
Y volver a ser un niño
que no sabe la diferencia entre fantasía y realidad.
Abraham Méndez -México-
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